Que cosa loca, el hombre

Que cosa loca, los hombres y sus maldades. Tres bombas en el nombre de un Dios, dos tiroteos en el nombre del billete, y una estafa en el nombre del poder. Persiguen y persiguen, brillantes que prometen conseguir otros brillantes, para después poder pararse sobre ellos y decir "mira, esto es mío" mientras se sacan una foto. Que cosa loca que tanta gente muera de hambre, que tanta gente no tenga un lápiz para escribir la lección, que sean tan pocos los que se toman el tiempo para mirar para abajo.
Ayer escuché que tres bombas estallaron en Bélgica, y más de treinta almas subieron al cielo. Ayer escuché que hay gente que no tiene nada más productivo que perder el tiempo haciendo maldades. Ayer escuché que luego de hacer las maldades, las justifican, como si hubiese algo justo sobre manchar de negro un mundo que originalmente solo albergaba maravillas.

Que cosa loca, los hombres y sus pasiones. Tres bailes en un estudio oscuro, dos patadas a una pelota destartalada y una voz alzada sin medir las consecuencias. Motores que nos mueven, más allá del horizonte, más allá de una comida y un techo, más allá de lo racional. Cosas que no necesitamos, que no sabemos por qué queremos, pero que nos llevan a preguntarnos para qué seguir respirando si nos dicen que nunca las tendremos. 
Ayer escuché que tenía un tatarabuelo que amaba el baile, y un día un cardiólogo le ordenó colgar los zapatos. Ayer escuché que duró dos semanas hasta ponérselos de vuelta y volver a la pista. Ayer escuché cómo cuando se desplomó, tenía todavía una sonrisa en el rostro. 

Que cosa loca, los hombres. Nadie sabe a qué vinieron, pero todos sabemos que no deberían estar acá. Que si se extinguen todos los insectos, el mundo sería en una semana un desierto; pero si los humanos decidiéramos desaparecer, la vida promete florecer como un campo en primavera. Tanto mal y tanto bien, tanta belleza pero tanta crueldad en esta eterna paradoja. Esta cruzada sin sentido ni resolución, en la que decidimos sumergirnos de pies a cabeza todos los días, mientras conscientemente decidimos olvidar que tiempo atrás ya nos regalaron todo.






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Philippe Petit caminando en la cuerda floja por la Capital de San Juan.
En el futuro haría lo mismo colgado entre las Torres Gemelas, 
para lo cual realizaría un gigantesco operativo ilegal
sabiendo que una vez que descendiese de las torres lo esperaría la policia
para esposarlo.



ISIS realizando una de sus millones de decapitaciones 
públicas




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