Y por eso yo hoy decido preguntar ¿qué es real? ¿Las modas? ¿La economía? ¿La política? ¿O la manera en la cual el sol baña aquella orilla, estallando el cielo en mil colores mientras los lobos marinos se deslizan de vuelta dentro la espuma de aquel mar enfurecido? Allá, en las montañas, no necesitábamos nada para ser felices; pero supongo que los problemas que nos aterran día a día dan menos miedo que la idea de estar llevando una vida absurda. Una humedad en la pared siempre es preferible a aceptar que el reloj se lleva SEGUIR LEYENDO...

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