Un auto vs. La Costa Oeste sugiere un enfrentamiento, como si nos hubiésemos embarcado en una travesía y lo único que teníamos para combatir eran aquellas cuatro ruedas que nos movilizaban kilometros y kilómetros, día a día. La realidad es que el momento en el cual comenzamos a trazar aquel camino desde San Diego hasta San Francisco por la Autopista N1 se sintió como si los mismos creadores de aquellos caminos que recorren ripios y grandes ciudades icónicas hubiesen tenido en cuenta que en el invierno del 2016 mi familia y yo decidiriamos recorrerlos sobre cuatro ruedas (...) San Diego demostró ser la perfecta combinación entre la tranquilidad de sus paisajes costeros y una ciudad despierta, iluminada con cientas de oportunidades...  SEGUIR LEYENDO

Había escuchado historias fantásticas, otras no tanto, pero en mi mente las islas siempre se habían amoldado a la idea de una foto en una postal. Cuando una sugerencia me llevó a finalmente investigar un poco el tema todo fue peor: tortugas gigantes, rocas que quiebran el amanecer emergiendo en la mitad del mar, paisajes de lava y agua turquesa, playas de arena roja, lagartos gigantes de todos colores y tiburones por todas partes. Hace poco un profesor mío nos describió una sensación que tuvo: parado frente a un precipicio de alguna costa de Europa tuvo miedo de caer. Pero no por el hecho de que alguna roca se desmoronara causándolo resbalar hacia el vacío, si no por la manera en la cuál el vacío le pedía que saltase. Me pareció un sentimiento de lo más extraño en su momento, pero supongo que eso mismo era lo que sentía hacia este lugar: no sabía si me daba más miedo la idea de estar nadando entre diez tiburones o las ganas que tenía de hacerlo...SEGUIR LEYENDO 
Y por eso yo hoy decido preguntar ¿qué es real? ¿Las modas? ¿La economía? ¿La política? ¿O la manera en la cual el sol baña aquella orilla, estallando el cielo en mil colores mientras los lobos marinos se deslizan de vuelta dentro la espuma de aquel mar enfurecido? Allá, en las montañas, no necesitábamos nada para ser felices; pero supongo que los problemas que nos aterran día a día dan menos miedo que la idea de estar llevando una vida absurda. Una humedad en la pared siempre es preferible a aceptar que el reloj se lleva SEGUIR LEYENDO...
Que cosa loca, los hombres y sus maldades. Tres bombas en el nombre de un Dios, dos tiroteos en el nombre del billete, y una estafa en el nombre del poder. Persiguen y persiguen, brillantes que prometen conseguir otros brillantes, para después poder pararse sobre ellos y decir "mira, esto es mío" mientras se sacan una foto. Que cosa loca que tanta gente muera de hambre, que tanta gente no tenga un lápiz para escribir la lección, que sean tan pocos los que se toman el tiempo para mirar para abajo. Ayer escuché que tres bombas estallaron SEGUIR LEYENDO...